lunes, 16 de julio de 2012

Una persona no te hace olvidar otra y tengo razón, solo la cambia de lugar en el corazón.  Acostumbrarte desgasta la relación, la solución: seamos todo menos novios, después de unos meses los buenos sentimientos los transformamos en odios. El adiós no cierra cicatrices, seamos obvios. Mostramos más los sentimientos borrachos que sobrios. No existe un cielo sin un dios, ni un dios sin un paraíso, no busques segundas respuestas si sabes que nunca te quiso. Sigo mirando al mar y me paralizo, a veces impactante, pero más importante fue esa lágrima que lo dejó insignificante. Una foto congela un momento, romperla la hace invisible, pero borrarla del recuerdo es algo que se me hace imposible. Ya no me muestro sensible, me hice de fierro, mi corazón el cementerio donde este dolor entierro. Cuento los capítulos que cierro, y miro serio. La vida no me inquieta, escribo lo que vivo y no digo ser un gran poeta.