domingo, 2 de febrero de 2014

Encuentros (el lado B del amor)

"Para los griegos, el deseo era aún mucho más importante que el amor".

"Nadie puede tenerlo todo, y vivir implica aceptar que todo tiene un costo y que en cada logro hay una pérdida".

"Es común escuchar frases del estilo de “no te reprimas”, sobre todo en amigas que aconsejan actitudes relajadas u hombres que a las cuatro de la mañana quieren convencer a una mujer para que haga lo que ella ya ha decidido hacer hace dos horas".

"Una fuerza que nos impulsa a ir en busca de aquello que puede causarnos dolor. Y éste es un Inconsciente que jamás se hará consciente, porque no puede volver a la consciencia algo que nunca estuvo. Es un Inconsciente, digámoslo así, con el que se nace".

"Pero éste, que no les había robado el fuego justamente por ser un ingenuo, les agradeció mucho pero dejó la caja cerrada en un rincón. La complicación surgió cuando su hermano, Epimeteo, que no era tan lúcido como él, abrió la caja por curiosidad. ¿Y con qué se encontró? Con que los dioses habían encerrado dentro de esa caja todas las desgracias del mundo, las que salieron ni bien Epimeteo la hubo abierto. Y por culpa de ese acto, de ese descuido, y podríamos pensarlo en el sentido de un acto fallido, es que hoy existen todas las desgracias y sufrimos tanto. “¿Todo por culpa de un tonto?”, podría preguntar alguien. Sí, y quien no haya sufrido nunca por culpa de un tonto que arroje la primera piedra".

"Una vez libre, el animal se dirigió directamente a una de ellas y la montó de inmediato. La condesa miró extrañada al joven y le dijo: —Qué caballo más estúpido, ha elegido a la más fea de todas las yeguas. El muchacho sonrió y pasó a explicarle: —Lo que ocurre, señora, es que es la única que está en celo. Y el animal tiene la capacidad de darse cuenta inmediatamente cuando una hembra está esperando ser montada. La condesa lo miró directamente a los ojos y replicó: —Ya me parecía a mí que algo le faltaba a ustedes los hombres. Y tenía razón la condesa. Obviamente, lo que nos falta a los hombres, y a las mujeres, es el instinto".

"El puro deseo erótico que, una vez satisfecho, permite la ausencia del otro hasta que vuelva a surgir el ansia de rencuentro".