domingo, 12 de mayo de 2013

No soy una tipa complicada de delicado paladar, cualquier hombre es mi hombre, cualquier cuarto de hotel mi hogar. Puedo dormir en cualquier lado, a veces solo a veces no, a veces pongo, reservado el derecho de admisión. Y digo adiós, adiós, adiós, cierro la maleta y pido un taxi para la estación, cuando unos labios amenazan con devorarme el corazón, enciendo la señal de alarma y escapo en otra dirección. Si nos cruzamos por la vida no me preguntes dónde voy, mira mis ojos y adivina, lo que busco y lo que soy. No importa que cierres la puerta, me gusta entrar por el balcón, al día siguiente dejo el hueco de mi huida en tu colchón.

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